Hola! Soy Daniela Reza Rojo 🌿

Psicóloga clínica y terapeuta sistémica familiar e integrativa.
Acompaño a personas, parejas y familias que buscan transformar sus relaciones y reconectar consigo mismas, siempre desde un espacio cálido, respetuoso y humano, mirando con perspectiva de género, queer e interseccional.
Mi formación académica
Desde niña me ha apasionado el escuchar a las demás personas.
Mucho antes de estudiar psicología, mis amigxs ya me buscaban para compartirme sus alegrías, dilemas y preocupaciones. Esa escucha, junto con mi amor por el servicio comunitario, me llevó a colaborar en proyectos con asilos, casas hogar y comunidades diversas.
Soy Licenciada en Psicología Clínica por la Universidad de las Américas CDMX y Maestra en Terapia Familiar Sistémica por el Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia.
A lo largo de mi camino he aprendido de distintas corrientes y perspectivas para ofrecer un acompañamiento que no solo escuche, sino que también mire el cuerpo, las emociones y el contexto de cada persona, respetando lo único de la experiencia de cada quién.
Me he capacitado como Terapeuta integrativa en la Técnica de Integración y Precisión; en intervención en crisis y primeros auxilios psicológicos; en la atención sensible a procesos de duelo y cambio; en terapia afirmativa con personas LGBTQIAP+; en la detección de maltrato y violencia; y en la observación de la psicoterapia como práctica social y contextualizada.
Además, mi experiencia de más de una década en danza clásica y contemporánea, me dieron la habilidad de ser sensible ante el lenguaje corporal como una puerta para comprender lo que sentimos y vivimos.
Toda mi formación está dedicada a que cuando alguien llegue a consulta, pueda sentirse vista, escuchada y acompañada de manera integral, con respeto y cuidado.
Trabajo desde un enfoque sistémico-relacional integrativo, que busca las conexiones entre mente, cuerpo, emociones, relaciones y contexto sociocultural.
En lugar de mirar eventos aislados, exploramos las pautas que conectan lo que vivimos, situándolo siempre en nuestra historia y en el contexto social y cultural que habitamos.
Mi acompañamiento se nutre de una perspectiva de género, interseccional, anticolonial y antirracista. Esto significa que reconozco cómo nuestras identidades están atravesadas por múltiples intersecciones —como el género, la orientación sexual, la raza, la clase social, la corporalidad o las creencias— que nos colocan en situaciones distintas de privilegio o vulnerabilidad.
En este espacio:
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Nombramos las violencias, las exploramos y las comprendemos para abrir caminos de sanación y transformación.
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Cuidamos el cuerpo y las emociones, reconociendo su vínculo profundo con nuestras relaciones y con la sociedad.
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Celebramos la diversidad, afirmando identidades, expresiones y decisiones sobre el propio cuerpo.
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Respetamos los ritmos y procesos, que no son lineales, sino espirales con avances, pausas y retrocesos.
Creo profundamente que la terapia también es un espacio para cultivar el descanso, el placer y el disfrute, porque el cuidado y la ternura son actos de resistencia frente a un sistema que nos exige producir sin pausa.
Mi mirada terapéutica
Mis valores y filosofía
El corazón de mi trabajo está guiado por:
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El cuidado, la ternura y la no-violencia.
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El respeto a los derechos humanos.
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La mayor horizontalidad posible: tu voz es tan valiosa como la mía.
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La co-construcción: buscamos nuevas miradas y posibilidades juntxs.
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La creatividad: utilizamos herramientas como escritura, dibujo y movimiento para acompañar los procesos cuando puede ser útil.
Más allá de la terapia, soy alguien profundamente conectada con la naturaleza, el arte y la creatividad.
Mis plantas me enseñan a valorar los ciclos de la vida; el movimiento (danza, yoga, pilates) me ayuda a escucharme; y el arte, la escritura y la pintura son formas de explorar y expresar mi mundo interno.
Disfruto el anime, las películas animadas, la alta costura y los collages sin reglas.
Mis tatuajes y mi cabello cambiante son expresiones de autonomía corporal, una forma de habitar y celebrar mi propio cuerpo.
Soy divertida, reflexiva, curiosa y sensible. Me emociono con facilidad, me indigno ante la injusticia y creo que la ternura y el cuidado son formas revolucionarias de estar en el mundo.














